Soy Alba, enfermera de UCI…
Y cuando estoy allí, en el hospital…en el frente de esta guerra sin armas, me siento fuerte, capaz de derribar cualquier muro, de seguir trabajando durante muchas horas más… Pero cuando salgo de allí y me meto en el coche para volver a casa, vuelve el silencio, ese silencio triste, de una calma obligada… Y ya no me siento tan fuerte, vuelve el miedo y el cansancio físico y mental más grande que he sentido nunca… Porque, ¿sabéis que?
No es verdad, no somos héroes, no somos invencibles, simplemente somos PERSONAS. Personas que amamos nuestra profesión, que nuestra vocación es ayudar a los demás, acompañar, a los enfermos, a sus familias… Y lo peor es que no siempre curamos, hay veces que no, que la vida de mucha gente se nos está escapando entre los dedos y no podemos hacer nada más, que vemos el sufrimiento y el miedo de los pacientes en soledad, de las familias que no pueden despedirse de sus seres queridos… Y es entonces cuando su sufrimiento se convierte en el nuestro y nos sentimos vencidos por este maldito virus… Pero entonces, llega un compañero y te coge la mano, y te sonríe aunque no lo puedas ver con la mascarilla, pero lo ves en sus ojos y te da fuerzas para poder terminar el turno…
La unión, el compañerismo, la humanidad, la valentía son las cosas que nos está regalando este virus… No somos invencibles, solo somos personas luchando para seguir adelante… ¡pero juntos somos capaces de casi todo!
Artículo escrito para la iniciativa en twitter #Lavozdelasenfermeras impulsada por Yolanda Guerrero